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10.20.2006

Alfredo Rangel y la Constituyente postergada

¿Para qué Constituyente?

GRAN ALBOROTO se ha formado en el país a raíz de la propuesta gubernamental a las Farc de realizar una Asamblea Nacional Constituyente al final de eventuales diálogos de paz. Palo porque bogas, y palo porque no bogas. [Primera falacia: el dicho de «palo porque bogas...» se usa para señalar que en las críticas de una misma persona hay una antítesis: en «el país» hay muchos puntos de vista, como se explica en el párrafo siguiente.]

Quienes la rechazan la califican de inoportuna, de prematura o de excesiva. [Vamos a suponer que Rangel describe con esta frase la realidad, no es fácil demostrar otra cosa. ¿Qué pasaría si alguien nos propone meter al horno a los niños para invitar a los vecinos y lo consideramos inoportuno, prematuro o excesivo? No, no es un ejemplo válido, es aún peor: unos criminales a punta de bombas pretenden imponernos su dominación y quienes la rechazan la califican de inoportuna, de prematura o de excesiva. Los crímenes y el terror han sido frecuentes en toda la historia humana y ni siquiera deberían producir mayor angustia, lo espantoso son los artículos como éste.] La objeción de inoportuna se refiere a que en este momento lo esencial es el intercambio humanitario por lo que, según los críticos, el tema de la Constituyente no sólo distrae sino que enreda las posibilidades de este intercambio. [Magia, ya no existen quienes se oponen al intercambio, a la humanitaria multiplicación del secuestro, los que critican a Uribe por hablar de Constituyente sólo es porque creen que lo importante ahora es facilitar los secuestros.] En abstracto, este argumento podría ser justo, pero no lo es en las condiciones concretas en que se está desarrollando el acercamiento entre el Gobierno y la guerrilla, después de cuatro años de guerra abierta, total ausencia de contactos y rotunda negativa de diálogo por parte de los insurgentes. [Y de expansión de la seguridad a vastas regiones, de reducción drástica de las cifras de secuestros y homicidios, de deserción masiva de guerrilleros, de desmovilización de la tropa rival, lo que deja sin excusas a la banda asesina, de legitimación masiva del gobierno, de crecimiento económico... ¿Para qué van a buscar el diálogo «los insurgentes» si eso se mostraría como debilidad? Hace falta primero una dosis elevada de anestésico e intimidación velada de la que reparten sus amigos para llegado el momento poner sobre la mesa una buena orgía de masacres que convenzan definitivamente a todo el país y demuestren que los dialogantes tenían razón. El lector que vuelva a leer la frase de Rangel puede comprobar cómo ya aparece el «motivo» de la legitimidad de las bombas y masacres: ¿qué problema hay en la ausencia de contactos? ¿No ha habido resultados? Lo que no quieren Rangel y sus patrones es que haya resultados, sino que se reconozca la legitimidad de esos asesinos en el mismo plano que el conjunto de los ciudadanos. Mientras que miles de colombianos se juegan la vida tratando de impedir los secuestros y masacres, Rangel se la gana bien cobrándolos. ¿O cómo se puede definir esa labor de promoción del diálogo? ¡Lástima que no haya todavía matrimonio homosexual, si lo hubiera, Rangel estaría promoviendo el enlace de su tocayo de apellido Garavito con alguno de los testigos que lo ayudaron a incriminar!]

El Gobierno no quiere que la guerrilla se salga con la suya y después del intercambio le haga conejo a los diálogos de paz, razón por la cual busca garantizar que este sea la puerta de entrada a unos diálogos útiles. [Sólo que el sentido de la pretensión gubernamental es la desmovilización de las FARC, es decir, la renuncia a las imposiciones: como no consiguen expandir el secuestro ni apropiarse de territorios, entonces mandan a Rangel a ver si con promesas y amenazas consiguen su propósito.] De otra parte, cuando la guerrilla expresa su intención de hacer el intercambio, simultáneamente propone una agenda temática de diálogos de paz, porque quiere que el rédito político de este trueque se prolongue más allá e incluya conversaciones de paz. [Lo cual quiere decir, «retorno al Caguán», pues la única arma eficaz de la guerrilla hasta ahora son las conversaciones de paz. Tras las bonitas palabras la mayoría de los ciudadanos esperan el cese de los crímenes, otros trabajan por el premio y por unas negociaciones que no partan del reconocimiento de la derrota, es decir, que legitimen más «lucha»: es decir, quieren más crímenes. ¿Cómo no va a haber crímenes si sin ellos no habría premio ni paz que los justificara?]

Así, aun cuando ambas partes quieren lo mismo, la desconfianza es muy grande pues, por las circunstancias políticas, el intercambio y los diálogos de paz son dos temas absolutamente inseparables. Y esto no depende ni de las urgencias humanitarias, ni de los manuales de negociación. [No, no señor, depende del hecho de que el poder guerrillero aún es muy grande pues tiene el patrocinio de los grandes poderes tradicionales, de los López y de los Santos y de Santodomingo y de las mafias universitarias. Lo que puedan hacer las tropas de niños cada vez es menos, pero es como si en la lucha con un hombre que intenta acuchillarlo uno sólo viera el «brazo armado». Lo que pasa es que les hace falta mandar matar a mucha gente, incluso en medio mundo, para que se acepte que las masacres dan derecho a imponer leyes.]

Nada que haga viable y fluida una negociación puede ser prematuro. [Frase destacada en Cambio, muestra del entusiasmo de Rangel, que intenta cobrar la promesa presidencial de una Constituyente en el sentido al que aspiran las FARC: siempre se podrá decir que Uribe prometió una Constituyente, pero lo que no ha dicho, y no dirá, es que los delegados serán designados en la negociación. Es la pretensión de Rangel y sus patrones, pero sólo servirá para que la gente los vea como determinadores de masacres.]

Si la propuesta es prematura o no, depende de cómo se conciba la negociación. Lo cierto es que la estrategia negociadora que en su momento se aplicó en el Caguán no dio resultado, pues consistió en nunca ofrecer nada a la guerrilla en la negociación y esperar a que ella llevara la iniciativa. [Por el contrario, se entregó una zona para guardar secuestrados, reclutar niños, producir cocaína e instruir terroristas. ¿Qué prisa iban a tener en negociar la agenda de Pastrana y compañía si antes podían cobrar la ley 002?] De hecho, la guerrilla hizo al menos tres propuestas -empleo, deuda externa y cultivos ilícitos-, mientras que el Gobierno no hizo ninguna. [Que sí hizo, que llevó una agenda del nuevo país. Lo que pasa es que la propuesta de la guerrilla no se podía tomar en serio, con sólo diez secuestros diarios y andanadas de cilindrazos contra pueblos pequeños, la negociación no iba adelante. Tendrían que haber atacado alguna ciudad grande, y resistir alguna posición aparte de la zona que les protegía el Ejército. ¿Qué iba a pedírseles más sino que propusieran? Algo de esas frases debería llevar a la cárcel a este hombre, pero en Colombia le asegura rentas fabulosas, incluso puede que algunas de origen estatal.] A mi manera de ver, esta falta de iniciativa gubernamental explica en parte la ausencia de una dinámica de negociación política en la mesa de diálogos. [Aquí se refuta mi anterior aserto: ¡no era que retrasar la negociación a la expansión del secuestro y el narcotráfico conviniera a las FARC, sino que el gobierno no les ofreció nada razonable!] Como no había sustancia, el proceso se limitó a lo circunstancial, y lo estranguló el uso y el abuso de la zona de despeje. [No, la zona de despeje era el sentido de la negociación y las rentas del narcotráfico y el secuestro que pudieran obtener las FARC y los Leyva y los G. Ricardo. Lo que lo estranguló fue precisamente la incapacidad de «vender» una Constituyente no elegida a los colombianos. ¡A tal punto que lo que se discutía entre las mafias godas, liberales y comunistas en Bogotá sólo apareció en el diario español El País!]

Ubicar en el horizonte la visión de un posible final de juego -la Asamblea Constituyente-, permite a las partes desde el comienzo de la negociación organizar mejor sus cálculos de costos y beneficios, privilegiar sus intereses reales y subordinar sus posiciones episódicas, disminuir la desconfianza mutua y apuntar a un objetivo común. En resumen, nada que haga viable y fluida una negociación puede ser prematuro. Si la propuesta de la Constituyente lo hace, bienvenida sea. [El señor Rangel debería buscar el modo de hacer contestar a Uribe sobre el alcance de esa Constituyente: lo que puede tener seguro es que no se va a dictar ninguna ley por imposición de las FARC. La oferta de la Constituyente por parte de Uribe es puramente retórica, lo mismo que lo del canje y hasta el despeje por el canje se convierte en una forma de eludir la presión. Para las FARC tener a los presos en Francia es peor que tenerlos en la cárcel en Colombia. Para el gobierno es mejor tenerlos en Francia asegurados. El canje que pretenden las FARC consiste en asegurar la impunidad de todos los crímenes y de paso tener combatientes para multiplicar el secuestro. Ya Uribe contestó al respecto: no va a soltar gente para que vuelva a delinquir. En la entrevista con Caracol Uribe habló del alcance de esa Constituyente, nada que ver con la política agraria ni cafetera ni petrolera, sino sólo las condiciones del perdón. Todo el problema es la necesidad de Uribe de copar el centro y no ser presentado por los medios como un extremista que se niega a negociar. Siendo que todas las clases altas hacen presión a favor de que se negocie «en serio» con las FARC, incluidos algunos dirigentes gremiales (que quieren que se den puestos a las FARC en el Congreso, al parecer porque cuentan que la Corte Constitucional tolerará la exepción como un día toleró la singularidad del Caguán), la estratagema consiste en darles «contentillo» a sabiendas de que las mayorías no tolerarán nunca un gobierno de asesinos. ¿Quieren Constituyente? Constituyente tendrán, no cuesta nada. Lo que hace falta es convencer a la gente de que esa Constituyente la nombrará Tirofijo. Bueno: tampoco el patrón de Rangel se atreve a decirlo, hay que ser idiota para no darse cuenta de que eso es promoción abierta de los crímenes. Bah: tampoco Rangel lo dice abiertamente, el conjunto de su artículo lleva a suponer que Uribe ya aceptó eso. Con esa lógica del sobreentendido sigue el juego y el gobierno gana tiempo y arrincona a las FARC y amortigua la presión por los secuestrados. Sólo que don Enrique Santos Calderón, principal financiador de Seguridad y Democracia, aprovecha para presentar la oferta como una propuesta seria de entregar el poder a sus peones. A lo mejor el péndulo y los escándalos y las mentiras y las corruptelas ciertas de los políticos y demás le permiten encargar una nueva serie de masacres muy persuasivas que permitan presentar a Uribe como un estafador que no jugó en serio a la negociación. Yo no los culpo, el colombiano que no quiere ver que eso es parte de la trama criminal se merece ser esclavo y salir mutilado por alguna bomba: bah, los colombianos así no existen, hay una mayoría intimidada por los jueces, por los doctores de toda laya, por los estudiantes que salen a matarlos por ir en bus, por todo el poder de la tradición y que sólo saben leer los avisos de los buses y hay una minoría que espera asegurarse rentas y poder gracias a la negociación, es decir, gracias a las masacres.]

¿Es excesiva? Por favor, estamos hablando de terminar un conflicto armado de 40 años y del advenimiento de la paz. Una negociación política es una negociación de poder, y una Constituyente redefine las reglas de juego del poder. Acceder al poder es lo que buscan las Farc desde hace décadas y no podrá haber un acuerdo de paz con ellas sin abordar ese punto. Cómo y cuánto poder es lo que está por definir. Que lo haga una Constituyente a cambio de su desmovilización no sólo no es excesivo sino que es absolutamente necesario. [Bueno, que digan que no está cobrando para las FARC sus crímenes, perdón, «un conflicto armado de 40 años». Ya es ocioso darle más vueltas. Como ya expliqué antes, la gente no piensa que va a tener a quien la mandó mutilar como superior social, el día que se lo expliquen van a apoyar al primer Suharto que aparezca. Todo el problema es que entre tanto esperan tener suficientes armas y suficiente tropa para ser más fuertes. Lo que no puede ser es que ahora callemos ante semejante monstruosidad. Es un poco triste admitirlo, pero mientras la manipulación de los medios llegue a tanto esa guerra civil definitiva será inevitable, y como el cinismo de los empresarios de la mutilación es tan atroz, puede que esa guerra conduzca a una higiene inevitable. Una sociedad en la que una parte se siente con derecho a eso siempre será una sociedad enferma.]

El país debe empezar a imbuirse en la lógica del compromiso porque, como decía el ex embajador israelí Shlomo Ben Ami, "aquel que pretenda salir de un proceso negociador con sus principios y demandas completamente intactos, desconoce la dinámica de un proceso de paz". Scriptum est. [Ahí tiene toda la razón Rangel: la mayoría de los colombianos no pueden permitirse pensar que de una negociación con las guerrillas para su rendición pueden salir igual de esclavos que ahora, pueden seguir igual trabajando para mantener a las mafias sindicales que ordeñan al Estado sin producir nada gracias a que tienen la tropa de niños matando al que discrepe. ¡Que haya una Constituyente! Así no se puede seguir. ¡Que tengan las FARC derecho a presentar a sus candidatos para una Constituyente, claro que sí, así no pueden decir que no se les abrieron las puertas! Lo que Rangel insinúa es que esa Constituyente la van a nombrar las FARC, y con eso sólo está alentando al primer terrorista con ambiciones que surja a emular a las FARC y a buscar también su puesto en esa Constituyente. Él lo sabe, los lectores de estrato 6 lo saben, pero esperan la presión de ONG y gobiernos «amigos» para entre tanto legalizar a su tropa y darle ventajas. El problema es hasta qué punto los demás colombianos lo permitimos. Hasta qué punto los medios consiguen adormecer a la gente y abrirle camino a sus candidatos para 2007 y para 2010. Bueno: también esperan dar aliento a los miembros de la tropa que los leen, que cada día tienen más razones para desertar. Y los colombianos de bien sólo nos planteamos cuánto éxito tendrán las fuerzas del orden en reducir a la tropa antes de que el desencanto con los que esperan el paraíso por decreto lleve a otro Pastrana, a otro Samper a la presidencia y se consume la guerra civil que Rangel intenta promover.]

Comments:
RANGEL SALIO COMO UN PARTIDIARIO DE LA SEGURIDAD DEMOCRATICA Y POCO A POCO FUE MOSTRANDO SU VERDADERO FIN, INFILTRARSE PARA GOLPEAR A LA SEGURIDAD DEMOCRATICA DESDE ADENTRO, CADA VEZ DEMUESTRA COMO ES UN PARTIDIARIO DE LA RENDICION DE LA SOCIEDAD Y PARECE QUE ESTE SEÑOR BENEDETTI VA POR EL MISMO CAMINO.
 
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